Convencido, de
nuevo, de la gravedad de la pandemia del Covid-19 que ha paralizado el planeta,
el presidente estadounidense Donald Trump ha confirmado hoy la ampliación en 30
días de las recomendaciones de distanciamiento social para frenar la
propagación del virus y ha pedido al país que se prepare para “tiempos duros”.
“Nuestra fuerza
va a ser puesta a prueba. También nuestra capacidad de resistencia (…) Es una
cuestión de vida o muerte, de verdad”, ha dicho el presidente en un tono
radicalmente diferente al de la semana pasada y las semanas previas a la
declaración de emergencia nacional el pasado 14 de marzo. Ni rastro de las
prisas de hace unos días por reabrir la economía cuanto antes, espoleadas por
los llamamientos de inversores y empresarios. El martes el país registró más de
785 muertes en 24 horas, la mayor cifra hasta la fecha, lo que eleva las
defunciones totales a 3.810. La cifra de contagios confirmados ha pasado de
unos pocos centenares hace un mes a más de 186.000 ayer.
La curva de
contagios en Estados Unidos ha avanzado a mayor velocidad que en China, Italia
o España, pero el país va al menos un par de semanas por detrás de Europa y ha
puesto en marcha, gradualmente, diferentes medidas de mitigación. La mayor
parte de los casos están concentrados en los estados de Nueva York y Nueva
Jersey.
El objetivo es
evitar que el alud de contagios registrado en Nueva York en las últimas semanas
se repita en otras grandes áreas metropolitanas del país, de modo que los
servicios hospitalarios no se vean desbordados en varios puntos del país a la
vez y dé tiempo a redistribuir los equipos médicos en zonas geográficas donde
los contagios comenzaron más tarde y el pico de casos no se espera hasta dentro
de dos o cuatro semanas.